El virus del papiloma humano o VPH es la infección sexualmente transmitida más frecuente que existe. El 80% de la población sexualmente activa lo ha tenido alguna vez, pero en más del 90% de los casos es inofensivo y desaparece por sí solo.

Pero en un pequeño porcentaje de los casos, puede ocasionar verrugas genitales (condilomas) y lesiones premalignas en el cérvix, que pueden desembocar en un cáncer de cérvix, enfermedad por la que en nuestro país fallecen 550 mujeres al año. Las verrugas tienen una naturaleza benigna y desaparecen espontáneamente en el 30 – 60 % de los casos.

Este tipo de virus tiene una alta presencia entre los jóvenes, y su curación espontánea en este grupo de población es mayor al 90%, y en la menores de las ocasiones puede persistir en el tiempo, posibilitando que baje la inmunidad y genere las lesiones indicadas anteriormente, incluso años después de contraerlo.

Cuando afecta al cérvix, aparecen inicialmente lesiones premalignas de bajo grado, que se resuelven por sí mismas, pero que si persisten en el tiempo pueden evolucionar al cáncer de cervix, entre 1 y 15 años después de aparecer lesiones premalignas. Esto significa que se puede prevenir con las citologías periódicas, pues da tiempo de sobra para detectar las lesiones premalignas mucho antes de llegar al cáncer.

Con lesiones premalignas de bajo grado se establecen controles periódicos para controlar que desaparezcan con la propia inmunidad, o bien si evolucionan a lesiones premalignas de alto grado. Si por el contrario llegan a causar lesiones premalignas de alto grado, requiere de una intervención quirúrgica llamada conización, que consiste en extirpar la parte de cérvix afectada, y suele tener pocas complicaciones y no afecta a la fertilidad de la paciente.

Es recomendable empezar a hacer citologías a los 25 años y espaciarlas cada 3 años (incluso cada 5 si el VPH es negativo), pues se ha demostrado que de esta manera seguimos llegando igualmente a tiempo al diagnóstico de las lesiones premalignas de alto grado, y es aplicable en mujeres sanas sin factores de riesgo. La periodicidad de las citologías cambia y se vigila de forma más estrecha en aquellos casos donde hay lesiones previas u otros factores de riesgo importantes como la inmunosupresión, tener múltiples parejas sexuales, etc.

Para una persona infectada de VPH es esencial mantener el sistema inmunológico en buenas condiciones, esto es, reducir el estrés, los tóxicos ambientales, fumar, la mala alimentación… Aunque a mayor número de contactos aumentan las posibilidades de contagio, también es cierto que se puede contraer con una única relación sexual que hayas tenido en toda la vida, y aunque el preservativo hay que utilizarlo porque protege bastante no evita al 100% de la transmisión.

También puede contraerse con el contacto sexual sin penetración, solo por la fricción piel a piel. Las mujeres lesbianas también pueden contraerlo (por eso también han de hacerse citologías, igual que las mujeres que tienen relaciones heterosexuales). Las citologías se hacen a todas las mujeres sexualmente activas (da igual si solamente han tenido un contacto sexual en su vida). ¿Por qué a todas? Porque contraer este virus le puede pasar a cualquiera que haya tenido relaciones sexuales independientemente de si ha habido un solo contacto sexual o muchos más.

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